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Los riesgos del bajo coste en la seguridad de las personas

 

No es casualidad que este concepto esté directamente asociado a las compañías aéreas, es imposible que al pronunciar la palabra “low cost” no lo asociemos a empresas de este sector. Pero este concepto que hizo su explosión durante la gran crisis económica de 2008, no solo es exclusividad de las compañías aéreas, el “Low Cost” está extendido en todos los sectores económicos e industriales, y lo hemos interiorizado al extremo sin conocer, o sí,  cuáles son los riesgos que esta práctica  tiene en nuestras vidas. F. Valls, profesor del departamento de Marketing en ESADE, augura que «Se trata de una estrategia que se va a mantener durante los próximos veinte años».

 Cuando vamos a un centro comercial a comprar actuamos como cajeros pasando por el lector la compra y metiéndola en bolsas, en las gasolineras nos suministramos el carburante y pagamos en un cajero, en el sector de la banca, cada vez son más las aplicaciones que nos permiten prácticamente hacer de todo, llegando incluso a que pasen meses sin acudir a la oficina, a no ser que tengamos un problema. ¿Revolución tecnológica o precariedad laboral?,  

  ¿Estaríamos por ejemplo dispuestos a tener una seguridad contra incendios  “Low Cost”?  La respuesta que no solo estamos dispuestos sino que somos conscientes, y  que ponemos excusas para no ver lo que sucede delante de nuestros ojos. Se ve fácilmente con un ejemplo, como padres de familia que trabajamos en empresas, vemos que la seguridad no se toma en serio, seamos francos, falta de EPI´S, falta de mantenimiento o estado precario de elementos de riesgo como la electricidad, sistemas de protección en maquinaria anulados que provocan accidentes,  sistemas contra incendios que no funcionan u obsoletos, y así podríamos detallar una detrás de otra cada una de las incidencias en seguridad  y exponiendo una excusa para cada incidencia. En el mes de mayo de 2017 se aprobó un Real Decreto donde se modificó el RIPCI (Reglamento de instalaciones de protección contra incendios), donde se han incrementado las exigencias tanto para los industriales que ofrecen este servicio como para el receptor del servicio, y  a pesar de este endurecimiento de la norma seguimos en muchos casos sin cumplir con ella. Según el ministerio de trabajo y seguridad social en 2018 se contabilizaron 513.996  accidentes donde 3.877 fueron graves y 468 mortales.

Sería aventurado decir que el concepto Low Cost está detrás de estas cifras pero desde mi punto de vista, el bajo coste en los mantenimientos preventivos incide directamente en nuestra seguridad que es el entorno donde pasamos parte del día. Pero no es diferente cuando salimos de nuestro entorno laboral, sigue existiendo en todos y en cada uno de los lugares donde nos desenvolvemos tanto nosotros como nuestra familia. ¿La escuela donde dejamos a nuestros hijos durante 8h…difiere mucho de nuestra empresa?, ¿por qué? señalización de emergencia inadecuada, contaminación cruzada de alimentos campanas de extracción sin proteger… son riesgos a los que se enfrentan cada día.

Otro ejemplo, pueden ser los parking de las comunidades de propietarios, donde las todas las  decisiones entre ellas las de seguridad, se toma en juntas y nuestra experiencia nos dice que las decisiones se toman bajo criterios deferentes en función de cada propietario y  a pesar de la obligación de llevar a cabo ciertos  mantenimientos ajustado a norma, en un gran número de comunidades, éste no se lleva a cabo a causa de los costes, y en caso de realizar el mantenimiento se realiza únicamente bajo un criterio económico es decir…”el más barato”, y de nuevo nos volvemos a encontrarnos con el ”Low Cost”.

Es fácil aplicar la ley de proporcionabilidad inversa, donde tenemos que tener en cuenta que nuestra seguridad es inversamente proporcional a la inversión que ejecutamos tanto en mantenimiento como en instalaciones.

¿Cómo es posible que dejemos al azar nuestra seguridad de forma tan negligente? Bajo la bandera de la competitividad las empresas reducen costes en salarios contratando mano de obra sin formación, y  sin capacitación para desarrollar los trabajos,  la baja calidad de los materiales, el intrusismo aceptado, son algunos de los motivos por lo que aceptamos ese riesgo. No es posible que nos tomemos la seguridad tan a la ligera, cuando hay empresas que se dedican a evaluar riesgos todos los días y toman decisiones preventivas para eliminar o minimizar esos riesgos. 

Cada día nos enfrentamos a miles de decisiones cotidianas, muchas de ellas a nivel de seguridad, sin darnos cuenta y de forma intuitiva, analizamos nuestro entorno y tomamos decisiones, pero no somos conscientes de la multitud de elementos de seguridad activa y pasiva que nos rodea, y esa seguridad no puede ser de Bajo coste, ha de ser de calidad, pero mientras seamos participes del” Low Cost” mientras consideremos que el precio es el criterio dominante cuando nos enfrentemos ante una problema, estaremos de nuevo poniendo nuestra seguridad en entredicho.